La Patagonia, el último viaje de mi hermana (III)
Pués estas son las últimas fotos que voy a poner y a ver si animo con esto a mi hermana a que se haga un blog con sus viajes y experiencias.
El ver y observar el mapa me sugiere fijarme especialmente en el Cabo de Hornos. Me gustan los mapas, puedo estar un buen rato obserbandolos e imaginando como debe ser aquello. La geografía y la historia sugieren algún que otro viaje imaginario... lo impresionante que debe ser toda esa región; Ushuaia, Tierra de fuego, el Estrecho de Magallanes... Ellos en este viaje no llegaron a latitudes tan meridionales, quizás me encarge yo en el futuro de bajarme por allí a continuar la expedición, a dar una vuelta.
El Cabo de Hornos, es el punto más meridional de Chile, de América. Es un promontorio que sobresale en la isla de Hornos, dentro del gr4an archipiélago de Tierra del Fuego y se extiende hasta el paso de Drake, el estrecho antártico que conecta el sur de los océanos Atlántico y Pacífico, llamado así por ser Francis Drake el primero en doblarlo en 1578. El suelo rocoso del cabo se eleva a una altura de 424 m. Las tormentas, los vientos huracanados, las fuertes corrientes y los icebergs hacen extremadamente arriesgada la travesía del cabo de Hornos. Durante la época de las grandes exploraciones, cientos de veleros naufragaron al ‘doblar el cuerno’. El navegante holandés Willem Cornelis Schouten, junto con Lemaire, fue el primero en localizar exactamente el cabo en 1615, y lo bautizó con el nombre de su lugar de nacimiento, la ciudad de Hoorn, en los Países Bajos, puerto desde donde además, habían zarpado.
Mi padre me contó ya hace años, cuando era pequeño una de esas historias de la mar y de navegantes y es que todo alquel navegante, marino, aventurero que doblase el cuero, debía ponerse un pendiente y en cubierta, mear contra el viento... me imagino que además darían un gran grito a los cuatro vientos y se sentirían como autenticos marineros y aventureros, sabiendo que realizaban una gran azaña y viviendo un autentico momento de libertad... Esas cosas ya no se hacen hoy en día, ¿no?.
La verdad es que es un viaje muy atractivo; la frontera sur. Surfisticamente hablando incluso habría que pensarselo, ¿no?, podríamos descubrir nuevas y poderosas rompientes de agua helada y surfear entre pequeños icebergs y focas o leones marinos. Quizás con un buen 6-5-4, escarpines, guantes y capucha haya más que un buen lugar para coger olas y hacerse un viaje a lo Tom Curren en un "The Search" fuera de lo convencional. ¿Alguien se anima?
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