Azul como el mar.

Llegué hace un rato del taller de Walter (de Zorlak Surfboards) y estuve haciendo algunas fotos y entre ellas le saqué un par a una tabla recién terminada y apunto de entregar, un encargo de Julián, un longboarder de aquí que se dejó seducir por el efecto fish. Quedó preciosa y con un acabado muy cuidado. El acabado en brillo, como allí comentábamos le da a la tabla una lustrosidad increíble y hace de ella un objeto casi que de culto... decía Julián que temía el momento de parafinarla por primera vez. Pero es lo que hay, no se puede cambiar, y es como un pequeño bautizo en seco, un ritual mágico antes de mojarla en agua salado por primera vez y de colocar los pies en ella... Esos momentos de estrenar tabla son deliciosos y además quedan en el recuerdo como una mezcla de sueño y vivencia. ¿un niño con zapatos nuevos?, ¡que va!... Un surfer con tabla nueva!. Que gozada.

También pensaba al observar la tabla el lujo de sensación que debe sentir el shaper al rematar el trabajo con una obra artesanal como es una tabla de surf; ha sido creada por sus manos y pueda proporcionar sensaciones orgasmáticas para el surfer que se la va a llevar bajo sus pies. Supongo que si los penes de latex se fabricasen de la misma manera, el artesano tendría una sensación similar.... No me arrepiento de la comparación que acabo de hacer pero no se me ocurre otra... eso me pasa por emplear lo de "sensaciones orgasmáticas" y a uno le queda la mente penetrada.

Bueno, espero que Julián disfrute la tabla y su estreno. Que Walter haya disfrutado del trabajo bien hecho (y de la pasta en el bolsillo) y que os gusten las fotos.

Impecable acabado en brillo.

Walter, el shaper, sujetando esta belleza.

Un saludo y mañana más!