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viernes, diciembre 01, 2006

Su novia es una verdadera vaca.


Buster Keaton busca por el bosque a su novia,
que es una verdadera vaca.

1, 2, 3 y 4
En estas cuatro huellas no caben mis zapatos.
Si en estas cuatro huellas no caben mis zapatos,
¿de quién son estas cuatro huellas?
¿De un tiburón,
de un elefante recién nacido o de un pato?
¿De una pulga o de una codorniz?
(Pi, pi, pi.)
¡Georginaaaaaaaaaa!
¿Donde estás?
¡Que no te oigo Georgina!
¿Que pensarán de mi los bigotes de tu papa?
(Papaaaaaaaa.)
¡Georginaaaaaaaaaaa!
¿Estás o no estás?
Abeto, ¿donde está?
Alisio, ¿donde está?
Pinsapo, ¿donde está?
¿Georgina paso por aquí?
(Pi, pi, pi, pi)
Ha pasado a la una comiendo yervas.
Cucu,
el cuervo la iba engañando con una flor de resada.
Cuacua,
la lechuza, con una rata muerta.
¡Señores, perdonadme, pero me urge llorar!
(Gua, gua, gua)
¡Georgina!
Ahora que te faltaba un solo cuerno
para doctorarte en la verdaderamente útil carrera de ciclista
y adquirir una gorra de cartero.
(Cri, cri, cri, cri)
Hasta los grillos se apiadan de mí
y me acompaña en mi dolor la garrapata.
Compadecete del smoking que te busca y te llora entre aguaceros
y del sombrero hongo que tiernamente
te presiente de mata en mata.
¡Georginaaaaaaaaaaaaaaaaaaa!
(Maaaaaa).
¿Eres una dulce niña o una verdadera vaca?
Mi corazón siempre me dijo que eras una verdadera vaca.
Tu papa, que eras una dulce niña.
Mi corazón, que eras una verdadera vaca.
Una dulce niña.
Una verdadera vaca.
Una niña
Una vaca.
¿Una niña o una vaca?
O ¿una niña y una vaca?
Yo nunca supe nada.
Adios, Georgina.
(¡Pum!)

Rafael Alberti.


Me encanta esta poesía. Por como me fue revelada.
Nos íbamos de casa de Enrique y Alba tras una larga noche de cena, de vino y de charlas. Eran las tantas. Antes de irnos Enrique paró en las escaleras, era el último y estaba, por lo tanto, en lo alto, en su palestra improvisada, como acostumbra a hacer de cualquier lugar del mundo y en cualquier momento en sus que haceres de rebeldía y de libertad. Era tan tarde que a Maria se le cerraban los ojitos y yo pensaba en los kilometros de curvas en una noche de invierno. Enrique hizo tiempo, saco las hojas que ahora tengo delante y recito con tal placer y de tal forma, que lo surrealista de la poesía de Alberti, me condiciono de una manera especial a la hora de concebir nuevos textos.
Hay poesía y poesía y textos y textos y arte y arte, pero lo que va valiendo aparte de los disfrutes del momento, es lo que cumple funciones de otro orden. Puntos de inflexión del conocimiento.

¿que importa la forma?, la forma debe ser libre y fluida.
¿Y el fondo?, el fondo debe ser siempre, demoledor.

¿De cuanta libertad gozó Rafael Alberti construyendo esos versos?
, ¿de que clase?, ¿de que manera?.
¿Con cuanta libertad se habrán leido?, ¿con cuanta se habrán disfrutado? ¿cuales fueron las palestras improvisadas en cualquier lugar del mundo?, ¿que fue de la audiencia?.

Armense de valor.

Salud!

1 comentario:

Anónimo dijo...

Tiiio no se de poesía mucho la verdad pero me ha gustado... creo ... solo se que me ha llamado la atencion y he tenido que leerla entera.
No se si eso sirve pero no te creas que leo todo. Si empiezo y me aburre paro.
Paz